Hay que estar con la gente


Hace poco más de un año el golpe fue inesperado pero me hizo diferente.

Para aquellos que, en lo laboral, tenemos un perfil más orientado a los resultados fue un poco más dificil.

Algo empezó a esparcirse en este "frío mundo laboral".


Muchos estábamos parando todo. Cambiando la definición de resultados!!!

El mantra era "tenemos que estar con la gente".

Desde los diferentes niveles en los organigramas se empezó a priorizar a las personas.

Esto provocó que las "relaciones y agendas corporativas" mutaran en algo poco frecuente (pero necesario).

Las reuniones virtuales de equipos de trabajo, reuniones con proveedores o clientes comenzaron a ser espacios de vulnerabilidad, espacios de empatía, espacios de contención.

Recuerdo "reuniones corporativas" donde expresábamos cuánto añorábamos los abrazos o estrecharnos la mano.

Otras "videoconferencias de trabajo" se convirtieron en un streaming de llanto a través de zoom.

Obviamente no se dejó de trabajar pero se abrieron espacios diferentes.

Este tipo de espacios fueron intencionales pero irresistiblemente necesarios. Había que estar con la gente...y permitirse ser la gente.
Había que valorar el esfuerzo de cada uno, comprender las vivencias individuales y potenciar la gratitud expresada abiertamente.


Subordinados y de los otros disfrumos de ese espacio humano donde poder ser vulnerables y no un accesorio inanimado con el cual se interactúa en el tabajo.


¿En qué me hizo diferente?

En primer lugar, me confrontó con aquellos lugares donde era sólo un accesorio. Lamentablemente tuve que reconocer y aceptar esa realidad.

Había lugares donde lo único que importaba era lo que producía como accesorio. Lugares donde las interacciones humanas y el interés eran fingidos sólo con el objetivo de satisfacer las necesidades del fingidor/a de turno.

En segundo lugar me ayudó a valorar a las personas que actúan con interés (o desacuerdo) genuino.


Por lo que vengo viendo, me animo a postular que en poco tiempo veremos la diferencia entre aquellas organizaciones que decidieron estar y ser la gente y aquellas que no. Las primeras serán más fuertes y las segundas quizás un esqueleto.

Por el bien de nuestro futuro no ignores a tu gente.
No les impongas la mordaza de la autoridad para ir en pos de resultados que ni siquiera entienden...y que menos aún considerarán como propios.
También "Dale voz a los tímidos" dirían en Google.

"¡Chocolate por la noticia!" podrías decir.
Sin embargo, puede que para algunas personas eso no resulta un desenlace natural ante este tipo de desafíos.
...aunque los movimientos y fraudes más radicales ya lo hayan comprendido.


Ok. Tal vez puede que todo lo anterior sea una opinión personal sesgada muy posiblemente por la pertenencia del autor a esa generación conocida como la "generación de cristal".

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