Un caso de acoso y éxito laboral

A continuación descubrirás la historia de una persona que vivió injusticias. Inclusive fue acosada sexualmente en su lugar de trabajo y aún así consiguió el éxito.
Haciendo un análisis de la vida de esta persona encontrarás la receta para tener éxito en el trabajo sin terminar con tu integridad.
Encontrarás la receta para tener éxito en el trabajo sin importar el ambiente que te rodea.
Spoiler alert!!! Es un caso hecho público hace muchos años.

Todo empieza con una frase de esta persona que se documenta en la Biblia. En esta frase se resume el corazón del éxito en el trabajo, y me animo a decir, del éxito en la vida.
Nuestro protagonista ante el acoso constante de la mujer de su jefe, quien finalmente se presenta desnuda obligándolo a acostarse con ella, responde:
Mi jefe confía en mí, y por eso ha dejado todo a mi cargo. Estando yo al frente de todas sus riquezas, él no tiene nada de qué preocuparse. No me ha prohibido nada, y en esta casa nadie tiene más autoridad que yo. Pero usted es su esposa. Tener relaciones sexuales con usted, sería pecar contra Dios.

Pero ¿Cómo llegamos esta punto en la vida de este hombre?
En resumen, él fue un hijo muy deseado por su padre pero odiado por sus hermanos.
Sus hermanos cansados de la preferencia continua y explicita del padre, un poco envidiosos por sus aspiraciones y certeza de liderazgo, deciden matarlo.
Cuando están por matarlo se arrepienten y terminan vendiéndolo como esclavo.
Luego de ser vendido por sus hermanos termina como esclavo de una persona de la aristocracia egipcia en los tiempos de los faraones. Fue vendido a un general de la corte real de Egipto y jefe de la guardia del faraón; algo así como un jefe del servicio secreto de los Estados Unidos (pero para el faraón en Egipto).
Posteriormente es llevado a la cárcel a causa de las mentiras de la esposa de su jefe(la que se le apareció desnuda para acostarse con él y no pudo).
Nada quebrantó la integridad y lealtad de nuestro protagonista hacia Dios y su jefe.
Cuando él rechaza el intento de abuso de esta mujer sale corriendo del lugar y ¡la mujer de su jefe termina acusándolo de intentar abusar de ella!
Llegó injustamente tanto a la casa de este aristócrata egipcio, como a la cárcel. Fue obligado a estar en esos lugares por causa de las mentiras, injusticias y envidia de otros sobre él.
Pero en ambos lugares supo servir y hacer bien su trabajo.
Trabajaba de tal manera que sus superiores no tenían nada de qué preocuparse cuando él estaba a cargo porque "todo lo que él hacía, Dios lo hacía prosperar en su mano".
Dios estaba con él y los lugares donde él estaba prosperaban. Aún sufriendo injusticia destacaba y Dios lo bendecía.

Este relato completo lo encuentras leyendo desde el capítulo 30 al 39 de Génesis en la Biblia. Si lo deseas puedes leerlo también ¡Es fascinante!
El protagonista es José.

Y la pregunta de siempre ¿Cómo se aplica esto a mi vida?
En la vida de José podemos encontrar las 4 características clave que lo prosperaban y lo colocaban en posiciones de liderazgo.
Entonces, para prosperar y alcanzar posiciones de liderazgo debo:

1. Ser fiel a Dios y no a las personas.
Hacer las cosas como para Dios. Trabajar, vivir, dormir, hablar, caminar como para Dios.
Dios es quien te asigna la tarea de vivir y ante Él debes reportarte. Ante Dios deberás dar cuenta de cómo has administrado tu vida.
El Creador nos ha asignado un puesto gerencial a cada uno, somos los gerentes de nuestras vidas ¿Cómo crees que será tu reporte ante Dios?

¡Ya mismo puedes comenzar una vida de amistad con Dios! El único requisito es ser un pecador.

Muchas veces nos confundimos pensando que "hacer las cosas para Dios" implica únicamente aquello que se considera espiritual y se descuida todo lo demás.
Aquello que se considera "mundano" no se hace como para Dios y lamentablemente hay muchos ejemplos de personas que son muy fieles a Dios en las "cosas espirituales" pero en "las cosas mundanas, las cosas seculares" son completa y totalmente irresponsables.

2. Adquirir competencia, autonomía y ser confiable.
Mis clientes, empleados, compañeros o empleadores deben sentirse seguros de que las cosas pueden ser dejadas en mis manos y que se harán bien.
Ellos tienen que saber que soy alguien que los sirve.
Un cliente no es una presa que yo quiero destruir para aprovecharme de él. Tengo que lograr que mis clientes o empleadores se desentiendan de la tarea que me confían y que se haga aún mejor que ellos.
Un empleado o compañero no es alguien que yo uso para oprimir y obtener beneficios a costa de un trato injusto. Ellos deben saber que trabajamos en conjunto, que deseo ayudarlos a crecer como persona y que ellos me ayudan a crecer a mí.

3. Aunque esté sufriendo injusticias tengo que seguir haciendo las cosas como para Dios.
Aunque el pago o el trato sea injusto, el cumplir con excelencia con mi trabajo me destacará en donde esté. Si trabajo para Dios, el me prospera y no las personas.

4. No caer a las tentaciones que intentan romper con mi integridad y relación con Dios.
Quien puede gobernarse a sí mismo, es capaz de gobernar, gestionar, liderar a otros y por eso se les confían personas a cargo motivando a todos a crecer.
Nunca se negocia la integridad, no importa el rédito económico o la fama. De esta manera vivimos con menos sobresaltos y mostramos una manera de vivir que vale la pena.
Si mi integridad se ve amenazada es tiempo de huir.

A continuación queda una oración modelo para que hables con Dios y le pidas dirección. Si quieres puedes hacer tu oración.
    Oración: Señor Dios. Gracias una vez más por tu Palabra. Gracias por hablarme y hacerme notar en la vida de José cuales son las prioridades que debo tener en la vida para ser un hombre exitoso a pesar de la injusticia de este mundo.
    El éxito para mí sigue siendo serte fiel en todo y que tú sepas que soy confiable.
    Ayúdame a serte fiel, a crecer en competencia y convertirme en confiable a través del dominio propio dado por tu Espíritu Santo. Te amo Señor. Amén.

    Gracias por tomarte el tiempo de leer hasta el final y si crees que este artículo es útil compártelo,
    ¡Hasta la próxima!

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